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jueves, 13 de octubre de 2016

IHOP WTC

Cuando pensamos en IHOP pensamos en esos tan deseables pancakes que sólo ellos saben preparar y seamos honestos, la mayoría de los que hemos visitado estos lares nos hemos dejado hechizar por los pedazos de cielo que combinan perfectamente con mermelada de zarzamora o miel de mapple.

Por eso hoy Chica tragona trae un nuevo reporte ahora sobre este famoso lugar visto por un ángulo no tan conocido, me refiero a sus comidas.   El sábado pasado el Chico tragón y yo visitamos el IHOP WTC a la hora pico de la comida, sin embargo el lugar se encontraba prácticamente vacío para ser un sábado en la ciudad.   Unas tres mesas se encontraban con comensales lo que hacia que el gran lugar se viese depresivo, una amable mesera nos condujo por el lugar sin decidirse en que mesa sentarnos hasta que nosotros elegimos un gabinete lejos de una pequeña familia.


Para comer él pidió Specialty Pot Roasts que se compone básicamente de carne de res con cebollas caramelizadas en salsa gravy y champiñones.  Servido con puré de papas, granos de elote y pan de ajo.  Por mi parte decidí que al tratarse de un restaurante americano lo mejor sería pedir una Cheddar Mushroom Burger que contenía champiñones queso cheddar, queso amarillo, tocino y carne de res.


La mesera fue amable sin llegar a ser opresiva, una de las cosas que valoro en el servicio de un restaurante; para mi gusto no hay nada peor que un mesero o gerente que este sobre el comensal preguntando si todo esta bien o si se necesita algo más.   La orden fue rápida, mucho más de lo que se esperaba, sin embargo lo que ordenamos no era lo que esperábamos.

Nuestra idea del Specialty era diferente, la carne que esperábamos era en tiras y cuando llego era carne deshebrada, el pan de ajo fue muy bueno ya que resaltaba el sabor del platillo. Mi hamburguesa estaba rica salvo que el queso estaba frío, lo que contrastaba con el resto.  No se diferenciaba en nada a las de su competencia, y de hecho pudo pasar por una de Applebee's u otra de las tantas cadenas.

Para cerrar con broche de oro decidimos ordenar los New York Cheescake, los cuales son pancakes rellenos de trozos de pay de quedo, adornados con mermelada de  fresa, fresas y crema batida; junto con una malteada de chocolate.   A  mi parecer los pancakes estaban un poco crudos aunque  les di el beneficio de la duda pues estaban rellenos de queso.   Una buena opción para terminar sofocado de comida, tal como lo prometen.

Ustedes tienen la ultima palabra.  

lunes, 19 de septiembre de 2016

Hotdogs Ramirez.

Chica tragona, reportando desde una no tan nueva hotdogeria que ha pasado desapercibida.  ¿Qué la hace especial? Su menú tipo rompecabezas.  Uno llega y puede elegir el pan, la salchicha y los complementos y así tener más que las típicas opciones que conocemos.

Con varias sucursales regadas por la periferia de reforma uno puede encontrar desde un pequeño puesto para ir cuando no se tiene tiempo o restaurante con una terraza compartida con una hamburgueseria argentina que cuentan las malas lenguas acosa a los clientes de su vecina.

Regresando a lo que nos truje chenchas, el costo por dos personas no rebasa los $300 .00 pesos por lo que lo hace una opción buena y barata para lo que ofrecen.  En las dos ocasiones que visite este lugar, pedimos cuatro tipos diferentes de hoy dogs, acompañadas de agua fresca y camote frito que fue el plus que buscas para tu jocho:


  • El chili beans Ramirez. Con chili, frijoles y queso cheddar
  • El brasileño.  Con puré de papa, granos de elote y tocino.
  • El alemán.  Chucrut, mostaza y pepinillos. ( o como yo lo titule "La bomba")
Pros: 

El precio, la variedad, los camotes fritos.

Contras:

La deficiente atención, falta de amabilidad (En la primera visita el chico que nos atendió mostró poca amabilidad y era un tanto déspota.  En la segunda visita, se tardaron más de lo normal en tomar la orden y cambiamos de mesero dos veces, al inicio un chico tomo la orden, en el intermedio una chica nos volvió a atender y al concluir el chico del inicio regreso para darnos la cuenta)


Recuerden que tienen la última palabra.

domingo, 10 de julio de 2016

Famosas donas Catamundi.

Ni muy muy, ni tan tan.



Asentado en Polanco, el restaurante Catamundi es uno de muchos que se encuentran en una de las mayores zonas turisticas de la Ciudad de México. ¿Qué es lo que lo hace diferente de tantos otros lugares? Sus donas.

No ha pasado mucho tiempo desde que cientos de revistas nacionales hablaban de las famosas donas con sabores "diferentes",  la insignia de su casa son las donas con cubierta de mapple y tocino, pero dependiendo la temporada se pueden encontrar donas de rosca de reyes, dona de pan de muerto, etc.  

Al llegar al lugar un agradable restaurante te da la bienvenida, con meseros atentos; sin embargo las donas no se encuentran en el menú.  Uno tiene que entrar a la tienda para seleccionar cual comerá o degustará, pagar y salir para sentarse en una de sus mesas, cosa que es un poco molesta ya que en otros lugares uno puede ordenar desde la comodidad de una mesa y seamos honestos, uno va a este tipo de lugares a pagar por el servilismo, no tanto por la comida.

Es un lugar sin planificación.  Los menús son toscos y fragmentados, al llegar lo reciben con una tabla de madera con una hoja que viene sujeta con clips, supongo que para dar una imagen DIY, pero fueron mal planeados, pues si uno quiere ver las bebidas que manejan tendrá que pedir el menú de bebidas.

No solo cuentan con donas, sino con otra variedad de repostería y panadería que va desde sus muy famosas donas, pasando por croissants cubiertos de ganache de chocolate, rollos de canela con chispas de chocolate y hasta galletas rústicas y chocolates artesanales.  Para esta entrada pedí su famosa dona de mapple con tocino, una dona "créme brûlée",  un croissants con cubierta de chocolate y un rollo de canela; y si se preguntan si me quede con hambre la respuesta es sí.

La primera en la lista fue una decepción, la cobertura de mapple sabía más a azúcar glass y apocaba el sabor a tocino, lo cual fue lamentable ya que la combinación de tocino con el pan era maravillosa.  Para mi sorpresa la dona "créme brûlée" fue el mejor de los panes que ordenamos.  Su cubierta de azúcar quemada le daba una textura celestial que combinada con su relleno y con la frambuesa que resalta aún más los sabores. 

El croissant, no tan valorado por los comensales queda perfecto para las mañanas en las que la ciudad amanece lloviendo y un cafe te acompaña de camino al trabajo; en cambio el rollo de canela es esponjoso pero seco y promete en vano chispas de chocolate que no contiene. 

El costo no es nada elevado comparado con una dona comercial de las grandes cadenas que existen alrededor del país. El ambiente en el lugar merece un ocho de calificación, el servicio un nueve y la panadería probada un siete, supongo que es más la fama del lugar que el verdadero sabor de las donas.

Si ustedes han probado estas donas, comenten que les pareció y en caso de saber de otras mejores compartan el dato.   Excelente inicio de semana.